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La diabetes es la enfermedad más común del sistema endocrino y se produce ya sea debido a la incapacidad del cuerpo para producir insulina o la incapacidad del cuerpo para responder adecuadamente a los efectos de la insulina.

Hay dos tipos principales de diabetes:

Tipo I o diabetes insulino-dependiente o juvenil, generalmente se diagnostica durante la infancia o la adolescencia. En el tipo I, el páncreas produce poca o ninguna insulina, lo que significa que los pacientes necesitan tratamiento con insulina regular. Los síntomas de la diabetes juvenil suelen aparecer de repente y evolucionan rápidamente. Los síntomas más comunes incluyen sed, orina frecuente, hambre constante, pérdida repentina de peso y deshidratación.

En el Tipo II o diabetes no dependiente de insulina, la insulina es producida por el cuerpo, pero no puede ser utilizado efectivamente. Por lo tanto, hay una falta de utilización de glucosa como fuente principal de energía. La obesidad se ha demostrado que es un factor clave predisponente para este tipo de la enfermedad. Los síntomas de tipo II generalmente se desarrollan poco a poco y de manera constante. Los síntomas más comunes son fatiga, orina frecuente, sed, visión borrosa e infecciones frecuentes.

Además de los dos tipos principales de esta enfermedad también existe la diabetes gestacional. Esta forma se produce entre las semanas 24 y 28 de gestación y en la mayoría de los casos desaparece después del parto. La edad avanzada de la mujer y la obesidad son los principales factores que predisponen a la diabetes durante el embarazo.

Cómo tratarla

La combinación de la fibra de la carne, los alimentos con almidón, y la dieta es generalmente aconsejable. Así, el 1/2 de la placa debe consistir en almidón (pan integral, las legumbres, el arroz, etc), el 1/4 de vegetales crudos o al vapor (lechuga, brócoli, repollo, etc), el 1/8 de carne blanca o roja (pollo, cerdo, etc), mientras que el octavo restante de la placa debe consistir en aceites (como el aceite de oliva que tiene muchas propiedades antioxidantes y también puede reducir el colesterol malo y total). En cuanto a los hidratos de carbono, que debería constituir 55% - 60% de la ingesta calórica diaria recomendada.

Aparte de los alimentos con almidón, leche y yogur también son fuentes de hidratos de carbono. Los diabéticos deben consumir al menos dos porciones de productos lácteos al día, eligiendo principalmente los productos lácteos con poca grasa como yogurt bajo en grasa y leche. Yogurt, en particular, es un alimento de alto valor nutricional, que hace que sea un alimento esencial e insustituible para ser consumidos con frecuencia o incluso a diario. Es una fuente rica de proteínas (que contiene todos los aminoácidos esenciales en cantidades suficientes, así como vitaminas, minerales y calcio). En cuanto a los hidratos de carbono, la lactosa es el único carbohidrato presente en el yogur. En términos de nutrición, el yogur es esencial en la dieta de un diabético, ya que tiene un mayor contenido de calcio y fósforo en comparación con otros alimentos, y cantidades significativas de zinc y yodo, vitamina A, tiamina, riboflavina y B12.